El CI proporciona pocos datos que se expliquen los diferentes destinos de personas con aproximadamente las mismas posibilidades, estudios y oportunidades,
Los hombres que habían obtenido la puntuación más elevada en la facultad no habían alcanzado demasiados éxitos en términos de salario, productividad y categoría profesional en comparación con los compañeros que habían obtenido menor puntuación. El CI tenía poca relación con la forma en que se habían desempeñado en los demás aspectos de su vida.
Las habilidades de la infancia, como ser capaz de enfrentarse a las decepciones, controlar las emociones y llevarse bien con otras personas, eran las que marcaban la mayor diferencia.
El problema es que la inteligencia académica no ofrece prácticamente ninguna preparación para los trastornos o las oportunidades que acarrea la vida.